domingo, 13 de noviembre de 2011

Las avenidas y sus problemas


Recientemente leí un artículo periodístico sobre los “Desaciertos en la diagonal Eva Perón”.
La diagonal Eva Perón es una avenida que hace de limites entre la ciudad de Resistencia y Barranqueras, ambas ciudades principales de la provincia del Chaco.
Su ubicación es de gran importancia debido al constante paso de vehículos que van y viene de la provincia de Corrientes con la cual limita la ciudad de Barranqueras (rió Paraná mediante). Durante los años noventa se han encarado numerosas obras que le han agregado importancia y un mejor uso, como ser la construcción de la doble mano (dividido por parterres de Hormigón), iluminación central y bicisendas.
Esto hizo en su momento elevar la cotización de lo terrenos frentistas y el consecuente asentamientos de comercios importantes, lo que a su vez, le imprimió a este sector de la ciudad de una característica comercial preponderante.
Como suele ocurrir cuando no se planifican ni se piensan bien los proyectos, el tiempo evidencias eso errores cometidos a través del mal uso de los espacios proyectados. Muchas veces el mal uso tiene que ver con la simple falta de conciencia del usuario, en este caso los ciudadanos (peatones ó autovilistas), o simplemente con la falta de adecuación, corrección y/o mejoramientos que toda obra fundamental, dentro del marco urbano de la ciudad, debe tener.
En el artículo que menciono, da algunas referencias de las cuales coincido en su mayoría, lo que me permite solo hacer algunas aclaraciones y agregados.
CERRAMIENTOS DE CALLES: Al realizar la extensión de los cordones centrales cerrando algunos accesos mediante calles que confluyen a la avenida, solo han agregados más problemas de los que en realidad se pretendieron solucionar. Los automovilistas y motociclistas siguen doblando peligrosamente en “U” y lo que es aun peor han generado un desconcierto en las calles periféricas a la avenida. Estas son usadas como colectora pero de manera desordenada y peligrosa. Me viene a la memoria un artículo titulado “NO HACER NADA, CON URGENCIA”, en el cual resalta su autor en la necesidad de tener cuidad cuando se realizan intervenciones con las cuales modificamos ciertos lugares que en su esencia, estaba y funcionaba mejor antes de “hacer algo”. Las modificaciones realizadas en los últimos años solo han contribuido al caos y no al orden por el cual supuestamente trabajamos los arquitectos y urbanistas.
BANQUINA: Desde su inauguración el mal uso de la banquina fue quizás la señal mas destacada de, a mi entender, una mala planificación de esta avenida. Vehículos mal estacionados, bicisendas mal ubicadas y poco utilizadas, la existencia de paradas de ómnibus de larga distancia (transitoria y peligrosa), tránsito peatonal dificultoso por el poco espacio y por las barreras existentes, son las características más visibles de la problemática existente en esta importantísima arteria.




PARTERRE Ó BOULEVAR:
La puesta en funcionamiento de soluciones improvisadas e instantáneas, quizás sacadas de otras sociedades, sin la suficiente adecuación a nuestra forma de vivir la ciudad, solo puede causar más dolor al enfermo. No se resuelve los problemas colocando precarios canteros y/o palmeras en parterres ó cordones de escaso ancho.


Más bien una eficaz y fuerte normativa de prohibición quedarían más elegantes que cualquiera de los elementos mencionados. Capitulo a parte en este punto para los peatones, quienes arriesgan permanentemente sus vidas cruzando por aquellos lugares donde no están permitidos. Esto ya es falta de conciencia y educación.
La crítica bien realizada suele ser una luz alarma antes de que aparezcan los accidentes ó aquellas complicaciones que contribuyan más al caos generalizado. Pero para ello es indispensable que el ciudadano entre también en reflexión de cómo usa la ciudad y sus elementos. Por otro lado es el propio Estado el responsable de velar día a día por el bien de los ciudadanos y para ello debe articular todas las mediadas, normativas y material humano que tenga a su alcance en pos de tener una ciudad mejor.


La colocación y mejoramiento de los equipamientos urbanos, las señalizaciones permanente de los cruces peatonales, el funcionamiento constante de los semáforos y el control al cumplimiento de las normas de transito.


Todo esto forma parte de “la ciudad” y por lo tanto descuidar uno solo de esos elementos, seria suficiente para iniciar el caos al que todos los ciudadanos les huyen. La mejor ciudad es la que se vive, se construye y mejora cada día, y en este desafío estamos todos involucrados.

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